Para Levi-Strauss, la cocina se sitúa entre la naturaleza y la cultura, representando su necesaria articulación, participando de ambos dominios y proyectando dicho desdoblamiento sobre cada una de sus manifestaciones. En términos estrictos, la cocina de una sociedad constituye un lenguaje en el que, necesariamente, traduce inconscientemente sus estructuras.
La comida es cultura cuando se produce; la comida es cultura cuando se prepara; la comida es cultura cuando se consume. En el marco de SENTIMENTAL, el consumo genera solidaridad entre las personas, ya que apela a una comensalidad que permite que se reconfiguren los límites del grupo y sean restauradas o que se redefinan las jerarquías internas. Todo hace pensar que compartir la comida tiene por función reducir la tensión individual e intergrupal. La solidaridad planteada de este modo sublima el sentimiento de pérdida, al que nos hemos referido respecto de “El cuerpo de la voz”. De este modo, se ha trabajado la correspondencia entre una sentimentalidad ligada a esta corporalidad y una sentimentalidad que hace, de la producción, la preparación y el consumo, una construcción compleja que alcanza caracteres propiamente discursivos. En suma, la cocina es un discurso.
Este discurso porteño de la cocina se da a conocer mediante el postulado de la ficción de una “cocina porteña”, que consiste en una construcción simbólica y material, que se sitúa entre las calugas de pescado de Caleta El Membrillo hasta la chorrillana del restaurant Jota Cruz, pasando por Don Carlos y La Moneda de Oro. En suma, un compendio consensual de recetas y formas de preparar un tipo de alimento que es consumido en los bordes expresivos del bolero, la cueca y el tango.
ACCIONES:
1.- Operación Caldillo de Congrio: a ser implementada desde abril, en el programa de El cuerpo de la voz. Consistirá en la distribución de tazones de caldillo de congrio a los asistentes, a la salida del teatro, desde un mesón especialmente instalado en las afueras del foyer.
2.- Cinco Sesiones de Cocina Porteña: cada 15 días entre abril y mayo. Un cocinero(a) será invitado a realizar una comida para 25 personas. Cada una de estas comidas será precedida de un proceso de confección, debidamente documentado, que culminará en la puesta de la mesa y la organización de la misma. En cada sesión, se invitará a organizaciones comunitarias: juntas de vecinos, clubes deportivos, clubes de baile, agrupaciones de presos políticos, miembros del CORE y muchos más.
3.- Taller de Conservación: ahumado, almibarado, salado. Esto consistirá en la realización de talleres en que se invitará a un especialista de cada procedimiento, para que trabaje con un grupo de personas, escogidas entre las organizaciones comunitarias.