Un grupo de luchadores de los derechos urbanos y ciudadanos se dieron cita el pasado jueves en la sala de proyección del Parque invitados por la Cooperativa Territorio Sur. La motivación era generar el intercambio de experiencias y reflexiones en torno al rol de la corresponsabilidad de la ciudadanía en la planificación urbana y el desarrollo comunal.
Mostraron variadas iniciativas similares que se desarrollan en América Latina y cómo, año tras año, las fuerzas ciudadanas se han ido fortaleciendo llegando a exigir a las autoridades a dar respuesta al programa que previamente presentaron y, de no cumplirse algunas de las promesas, el alcalde podría perder su cargo. La mayoría de los trabajos que se realizan en muchas ciudades del continente, utiliza la idea fuerza del «cómo vamos», haciendo alusión a constante fiscalización hacia las autoridades que se puede efectuar, pero también, al grado de vinculación con el trabajo de la ciudad, al incluirse en la interrogante.
Se conoció la experiencia del Monitoreo Ciudadano “Santiago cómo vamos”, la experiencia de monitoreo que se ha hecho en Valparaíso y, fundamentalmente, se conversó de los desafíos que tenemos los ciudadanos para acceder a la información pública e incidir en la toma de decisiones sobre temas y/o acciones que afecten la calidad de vida de nuestros territorios.
Una de las principales ideas que se discutieron fue la de mantener un grado mayor de vinculación con el concejo municipal ciudadano, entidad sin fines de lucro que el municipio porteño creó por ley y que representa a las fuerzas vivas de la zona. En la ocasión estuvo Carlos Manterola, de Asonave y vicepresidente del consejo ciudadano, además Paula Quintana, concejala por Valparaíso; Paz Undurraga de Ciudadanos por Valparaíso; Giselle Zernott de la organización comunitaria Plan Cerro; Angélica Pacheco, periodista del MINVU y Eduardo Muñoz, ex subsecretario de cultura, entre muchos otros, además de los integrantes de Territorio Sur, Patricia Beltrán y Pablo Díaz.
Sin duda este tipo de iniciativas representan un gran paso en lo que a organización ciudadana respecta, pero que estarán atadas de manos si la legislación que no valida el plebiscito vinculante siga vigente.