El proyecto “HARAPOS” es un montaje de circo-teatro con técnicas propiamente del payaso TRAMP (Vagabundo), técnica de interpretación cómica nacida en los años 50’ a partir de la crisis económica de EEUU. La historia se construyó a partir de una investigación de personas situación de calle en Valparaíso, además de incorporar guiños y mixturas de los personajes dramatúrgicos de Alfonso Alcalde con sus historias de Salustio y Trúbico a quien invitamos a leer por su gran aporte al teatro Chileno. Está inspiración nace por un lado desde en la necesidad de dar un “lugar” a estos personajes porteños que acompañan nuestro caminar diario sin ser vistos, además de pretender con este trabajo la promoción de espectáculos de payasos de calidad en la región destacando a los y las creadoras locales su profesionalismo y alta calidad creativa.
El payaso CHUMBEQUE encarnado en el actor Gonzalo Díaz desarrolla hace 14 años el trabajo de Payaso, complementando esta técnica del Circo y el Teatro con sus conocimientos musicales y folclóricos campesinos.
Reseña:
Harapos trata, sobre la vida de un payaso vagabundo atrapado por su pasado triste y melancólico, comienza su rutina diaria, se despereza y mira su casa hecha de desechos. Se persigna y le reza a un sombrero tipo bombín que le sirve para pedir limosnas. Prende unos papeles y enciende un fuego. Llena una gastada y agujereada tetera y se prepara el desayuno. Conversa de actualidad con las aves y los perros callejeros, en especial con su perro fiel.
Siempre camina pensando y soñando en volver al circo, recuperar su amor y su público ese que lo ovacionaba a gritos ¡CHUMEQUE! ¡CHUMBEQUE!, pero en realidad solo se encuentra con mil historias en la calle casi todas de desaliento… Es probable que la ciudad siga extendiendo sus tentáculos y les vuelva a arrebatar el hogar que espera encontrar, pero lo bueno de este payaso es que no conocen límites; cuando creemos haber llegado a la cima nos damos cuenta que hay otra posibilidad pues aún tiene un tesoro escondido, la luz de esperanza, esa que solo puede tener quien ama y goza con la risa de los niños y la inocencia de la vida.