En un antiguo bar de un archipiélago del sur Chile “La Señora” y el “Copero” personajes olvidados, se encargan de mantener el bar, mientras esperan que llegue algún “cliente”.
Jugando en el más delirante desenfoque, el copero y la señora ejercen una relación que es quizás lo único que los define.
El montaje rescata la identidad simbólica del sur de Chile, su estética y atmósfera austral denotando a la naturaleza como alguien más que los acompaña.
La obra fue distinguida como mejor dramaturgia y actuación en el VII Festival Juan Barattini Carvelli UV 2016 y mejor montaje en el V Festival Humberto Duvauchelle UPLA 2016.
La obra busca reflexionar entorno a la soledad y el aislamiento como característica humana que nos define, tema históricamente trascendental que hasta el día de hoy nos repercute como sociedad, individuos sociales y país.