Caracola

Un homenaje a la carpintería

Tomás Elizalde realiza a partir de una escalera caracol un homenaje al oficio de la carpintería, la muestra que se albergará en la Terraza del segundo piso del Edificio de Difusión se inaugura el 19 de abril a las 19:00 horas.

El descubrimiento

En la intersección de Viana y Villanelo ocurrió este hallazgo: media cuadra desaparecía por una secuencia de olas que se la llevaban para siempre. En este entrar y replegar una  caracola quedó varada en la orilla de estas dos calles. Luego de un centenario de quietud vertical quedó tumbada en el horizonte, arrancada de raíz  de aquellos recuerdos de esplendor que la rodearon.

Tras una ruma de maderas y bloques de tierra una cuadrilla de hombres, diablo en mano, remataban al mejor postor los elementos desarraigados de la casona. Vi la caracola y supe que era única, y  pensando que nunca más me encontraría con algo así, imaginé de dónde habrá venido, quién la habrá creado, un artillero, un fuego calentando los tubos de agua para curvar las maderas, un dibujo circular lleno de trazos, números y anotaciones;  un último peldaño que conectaba el salón con la pieza de música desde el cual  se veía el mar. Entre cuatro la cargamos a un camión y la llevamos a mi jardín.

 

La intervención

Qué hacer. Lo primero fue montar el andamiaje de madera que la sostendría: un entramado de ciprés de las guaitecas que había corrido la misma suerte que la caracola. Al atardecer atamos a un árbol el cable con el que la levantaríamos y ya parada, qué bella se veía, así, tal como estaba.

No había  continuidad en sus curvas,  el comienzo y el final de la baranda y balaustrada estaban rotas,  capas de pintura ocultaban los tonos de su composición, el último peldaño se había perdido entre partituras y claraboyas. Tres semanas fue el tiempo que demoraron en aparecer los tonos rojizos del raulí y el veteado amarillento del oregón.  En un taller de  Ramaditas se reprodujeron algunas de las piezas faltantes,  en una bodega de Limache apareció el balaustre de llegada,   en el taller del jardín se unieron todos estos cabos, fruto de una simbiosis en torno a la caracola.

Tal como el impulso primero de adquirirla, fue el impulso de restaurarla. Exhibir  la magnificencia de su manufactura, que hace honor al oficio de la carpintería, la permanencia de la creación y su relación con el entorno es el motivo de esta muestra.

Estará en exhibición hasta el 31 de mayo.

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