Bajo la piel el músculo se estremece, la sangre pulsa, el pensamiento madura, murmulla y prepara. Bajo la piel el nervio presiente y sobresalta. Bajo la epidermis el baile permanente presenta la memoria de los cuerpos casados, abrazados, rechazados, atrapados. Sobre la piel se irriga el germen de lo que debajo se prepara. Bajo la piel como en la madre tierra. Cada movimiento expresa algo indecible, un lenguaje, el del cuerpo, el de los impulsos, el de la intención, de la sensación y del sentido profundo de cada ser humano. Con “Indicibles Violences” (Indecibles Violencias), Claude Brumachon, hace resurgir lo que burbujea dentro de cada uno de nosotros y devela una verdad nuestra condición.
Nos recuerda que somos « seres con vida/vivos, en ese instante, presentes, amorosos/amantes, ardientes y deseados ». Al compartir un momento de danza con Claude Brumachon y Benjamin Lamarche cada uno de los que constituyan el grupo podrá tocar de muy cerca, con sus capacidades y con el otro, esa danza particular que nos habita. El cuerpo es un mapa del mundo, un mapa de nuestras historias, común y particular, y es dejándonos atravesar por energías, nuevas, antiguas, encontradas e olvidadas, descubiertas o conocidas que el impulso creativo se construye.
