La mayoría de nuestras costumbres tienen más de cuatrocientos años de desarrollo. Esta antigüedad de nuestras formas tiene profundo arraigo en nuestro inconsciente colectivo, sin embargo, el mundo globalizado nos hace creer que estas formas tienden a desaparecer.
Pero las expresiones profundas de un pueblo con tanta historia no desaparecen, están todas en nuestra memoria de piel y se presentan en todas sus formas en nuestro quehacer cotidiano.
Por eso seguimos bailando cueca, por eso hablamos en poesía, por eso amamos los caballos y también por eso amamos nuestro pan.
Nuestra propuesta consiste en el desarrollo y puesta en escena de una cadencia cuequera que reincorpore los tambores africanos, en el rescate y desarrollo de su expresión original. Le llamamos CUECA BLUES.
